Un texto fresco y vigente a pesar de los más de 130 años que nos separan. Artesanos, banqueros, contables, marinos… hombres y mujeres que buscan su sitio en una sociedad cambiante y que desfilan ante la mirada del espectador como homenaje y reconocimiento al autor, en un juego que se convierte en un diálogo metaliterario.

La representación –con una duración aproximada de algo más de una hora-  se llevará a cabo el día 13 de abril (sábado) y dará comienzo a las 20:30 h; extraordinaria ocasión para disfrutar de la grandeza del maestro de la brevedad.

Yubiley se centra en el teatro breve del autor, nos muestra las etapas  creativas de Chéjov a través de su propia voz con una dramaturgia propia, escrita y pensada por la especialista Isabel M. Fernández.

Para encarnar a algunos de los personajes estarán sobre el escenario Carmen Alciturri, Isabel M. Fernández, Martín Antolínez, Carlos Peguero y Quique Buenaposada.

La dirección artística, técnica, escenografía, vestuario, montaje y producción corren a cargo de la Compañía; con la colaboración de Claudia Antolínez, como apoyo técnico y de Emmanuel Gimeno  (Estudio Gráfico Creando) para el diseño de impresión y publicidad. Un trabajo de equipo que trata de apoyar la visión de conjunto, de conformar una fotografía que llega a nuestras manos a través del tiempo.

Antón Chèjov, uno de los escritores más prolíficos de la Literatura Universal,  maestro y referente del relato corto, padre del teatro moderno y precursor de gran parte de la técnica dramática actual,  ha visto desde siempre su nombre asociado a la leyenda del melancólico. En esta ocasión el Estudio de Actores y actrices del CdAT reivindica en el montaje la vertiente más liviana del autor; con un indiscutible sentido del humor.

Sobre el proyecto

Un montaje propio, que ha sido puesto en escena casi en una veintena de ocasiones en los últimos dos años. Bajo el título en ruso Yubiley (Aniversario) nos presenta un juego de palabras que será también juego escénico.

Yubiley muestra algunas escenas cotidianas de la Rusia decimonónica; flashes de ambientes y personajes diversos. Una mirada desde la observación del autor, sin juicios, sin crítica y con el tratamiento ligero que permite la comedia.

Escenas que se presentan desde la alegría, la vitalidad y sin renunciar a mostrar una sociedad en decadencia que tímidamente se asoma a los albores de la modernidad.

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